Para mantener su mejor aspecto y alargar la vida útil se recomienda:
- Lustrar y cepillar seguido. Los cueros reciben una dosis de hidratación y una película protectora hidrófuga cuando se lustran. Los zapatos sin polvo depositado no se resecan.
- Guardar correctamente. Evitar apilarlos, propicia se deformen mutuamente y resequen al llenarse de tierra. Idealmente guardarlos en sus cajas. Un zapatero también es una buena opción pero no los protege del polvo ambiental.
- Rotar el uso. Luego de cada puesta es recomendable dejarlos descansar unos días, el exceso de humedad se evapora y el calzado vuelve a su forma natural.
- Tener cuidado los días de lluvia. Los charcos contienen variedad de sales que una vez depositadas en el cuero quedan como líneas blancas. Además, la suela de cuero mojada se desgasta mucho más rápido.